jueves, 1 de abril de 2010

AMARTE TÚ MISMO.




Imaginad que cada mañana, según nos encontráramos con nuestros compañeros de trabajo, les dijéramos: “Qué asco dan esos michelines, Manoli” o “Qué viejo y feo te ves, Roberto”.
Suena ridículo, ¿no?. No seríamos capaces de tratar a nadie así, por educación y respeto.
Entonces, ¿con qué derecho nos permitimos tratarnos así a nosotros mismos?
¿Cuantas veces te has dicho a tí misma delante del espejo, lo poco que te gusta tu cuerpo, tu cara, tu pelo?
Es típico (sobre todo en mujeres), mirarnos al espejo y decirnos a nosotros mismos lo mal que nos sienta esa ropa, lo feo que es nuestro pelo o lo gorda/flaca que estoy.
Son frases que nunca se nos ocurriría decírselas a otra persona pero son habituales para nosotros mismos.
¿No debería existir el máximo respeto hacia nuestra propia persona?
¿No deberíamos ser los primeros en tratarnos con toda la gentileza y Amor del mundo?
En ocasiones, tendemos a ser demasiado duros con nosotros mismos o a tratarnos con desprecio, no sólo respecto al físico, sino tambien respecto a nuestra inteligencia, habilidades, simpatías, carácter, etc: Parece que nunca estamos satisfechos con lo que somos en este momento.
Debemos empezar a desterrar este tipo de actitudes de nuestro comportamiento. La negatividad de estos pensamientos acaba por impregnar todas nuestras células, repercutiendo tanto en nuestro aspecto exterior, como en nuestra salud física.
Debemos entender que somos seres únicos y maravillosos, que estamos en este mundo cumpliendo la misión magnífica de desarrollarnos como seres humanos. Mirate al espejo con amor, compasión, respeto y admiración. Aquí estás, con todo lo que has vivido, superado y aprendido, y todo lo que te queda por delante para experimentar y disfrutar.
Empieza a ver cómo tu ser interno, honesto y noble, brilla si se lo permites.

Te proponemos un ejercicio para cultivar tu autoestima:
En un momento de calma, tras hacer algunas respiraciones profundas, imágina una flor preciosa que represente tus sentimientos y emociones. Imagina un animal que represente tu energía física y tu voluntad. Imagina un árbol que represente la fuerza de tu espíritu. Siente entonces la importancia de tu Ser, representado por estos tres símbolos que debes analizar para comprender porque los has escogido.
Guarda estas tres imágenes en tu memoria para tener siempre presente esta visión radiante de ti mismo y visualizalas cada vez que te desanimes. Convencete de que así eres tú realmente y así te mostrarás al mundo.
El Amor verdadero, debe comenzar por nosotros mismos: Quiérete de forma sincera y honesta y el Mundo te querra de la misma manera. Ama a la persona que hay en ti, con defectos y virtudes y los que te rodean, aprenderan a amarla tambien.
Desde Madrecelta, queremos animarte a que intentes ser Feliz.

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